En los últimos meses, estamos asistiendo a una escalada del histórico conflicto entre la India y Pakistán sobre la región de Cachemira. El conflicto, con sólidas raíces geopolíticas, étnicas y religiosas, es observado por el panorama internacional, en lo que podría desembocar en un conflicto nuclear.
Antecedentes
Denominado el conflicto de los mil años, la rivalidad entre estos países viene de lejos. No obstante, el actual conflicto tiene sus antecedentes inmediatos en la independencia en 1947 del Raj Británico. Concretamente, el foco de la disputa reside en la región de Cachemira, que actualmente pertenece a la India pero que Pakistán reclama por su mayoría musulmana (Hu, 2019). Se han sucedido varias guerras Indo-Pakistaníes desde la fecha, concretamente en 1947, 1965 y 1971, alternando períodos de paz, conflictos armados directos y una alta conflictividad en la zona disputada, en algunas ocasiones estallando a modo de atentados o sucesos como la crisis de 1999 (Bautista, 2015).
En primer lugar, las raíces religiosas del conflicto tienen su origen en que la Península Índica han profesado el hinduismo, y éste ha formado y forma parte de su cultura y su estructura social desde años inmemorables. Hacia el siglo XVIII con las invasiones árabes, se produce una islamización de toda la India, además de llevar a cabo uno de los peores genocidios de la historia, con un total de 400 millones de nativos indios masacrados. Desde entonces, el islam se estableció como religión dominante y el hinduismo sufrió una transformación adaptativa, que modificó parte de su esencia original y adoptó prácticas para su propia supervivencia.
La colonización de la India se produce durante el siglo XIX por parte del Imperio Británico, aunque existen varios factores anteriores que facilitaron el asentamiento y control del territorio, pero que no se van a tratar en este texto. Tras el fin del colonialismo británico y la concesión de la independencia en 1947, el Gobierno británico delimitó territorialmente la zona para evitar futuros enfrentamientos, y repartió el territorio dando lugar a la nación de la India y Pakistán, en función de la religión dominante en cada zona.

En cuanto a la crisis de 1999, el Ejército pakistaní se adentró en Kargil (Cachemira administrada por India), iniciando la crisis mas grave desde la guerra de 1971. En ese momento, el Gobierno de Nueva Delhi sufrió importantes presiones internas para bombardear los campos de guerrilleros ubicados en Pakistán. Ante tal escenario, Clinton (EE.UU.) intermedió, pidiéndole al primer ministro pakistaní, Sharif, que retirase las tropas. Esto supuso una humillación para el ejército y los grupos islamistas, considerados aliados naturales en el país, iniciando meses después un golpe de Estado y la destitución de Sharif (Borreguero, 2004).
Así, la región de Cachemira, epicentro del conflicto, estratégicamente supone para ambos países mayor control y liderazgo en la región. Mientras que Pakistán reclama la unidad religiosa y territorial como parte indiscutible de su Estado, India, por su parte, reclama la región como parte de una nación multicultural y pluralista (Rioja, 2021). Actualmente, la zona está bajo control de ambas naciones y de China.

El conflicto comenzó a intensificarse a partir de 2019, con la derogación del artículo 370 por parte de India de forma unilateral, artículo que otorgaba un estatus especial de autonomía a Cachemira y Jammu. Esta decisión fue percibida como una anexión por parte de Pakistán, quien comenzó una campaña internacional contra India (Jiménez, 2025).
Potencias nucleares
Con el final de la Segunda Guerra Mundial con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki (1945), el desarrollo de la Guerra Fría y la carrera armamentística nuclear, dibujaron un escenario hostil y paranoico, en el que un Estado sin armas nucleares era totalmente inofensivo. En este contexto, una potencia se medía, entre otras cosas, por su arsenal nuclear. La amenaza de ofensiva nuclear supone la supervivencia y la defensa del territorio y garantiza poderosos aliados. Ante tal situación, y el desarrollo de la industria del sector, se empezó a dar un fenómeno denominado proliferación nuclear horizontal (Vidal, 2020), que hace referencia a la capacidad de muchos Estados e incluso grupos fuera de las instituciones de hacerse con material nuclear, mediante la venta legal o el tráfico ilegal.
Desde el año 1998, tanto India como Pakistán están consideradas potencias nucleares de facto. Es decir, lo son a pesar de no tener un reconocimiento jurídico internacional. A pesar de que a lo largo de estos últimos 20 años parecía haber un entendimiento y acercamiento diplomático, la carrera armamentística y nuclear no ha cesado por ninguna de las partes, lo cual siguió incrementando la tensión. En India, la producción de armamento nuclear es local, haciendo referencia a la proliferación nuclear vertical (Vidal, 2020), que se define como la innovación y mejora por parte de un Estado que ya la posee. En contraste, Pakistán, importa de forma legal e ilegal todo su arsenal nuclear (Borreguero, 2004).
Por una parte, según datos de 2024 del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), India cuenta con el sexto mayor arsenal nuclear del mundo y se sitúa en el ranking de Active Military Manpower by Country 2025 como la segunda fuerza militar, por detrás de China. Además, el gobierno de Narendra Modi tiene como objetivo proyectar más poder, al mismo tiempo que existe una especie de anhelo de la población de que India ocupe un lugar más relevante en el ámbito internacional así como en la región (Peiró, 2024).
Por otra parte, Pakistán se sitúa según el SIPRI (2024) por detrás de India, como la séptima potencia nuclear y ocupa el séptimo puesto en el ranking del Active Military Manpower by Country 2025. Cabe destacar, que en el ámbito nuclear, Pakistán (170) e India (172) están bastante equilibrados en cuanto a ojivas, comúnmente llamadas cabezas nucleares, que es cómo se mide el poder nuclear de un país.
Ahora bien, cuando anteriormente nos referíamos a potencias nucleares de facto, concretamente se debe a que ambas naciones rechazaron el marco jurídico que establece el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1970 (Vidal, 2020). Este tratado fue firmado por varias potencias, entre ellas la Unión Soviética o EEUU, entre muchas otras, para impedir escaladas y conflictos nucleares.
¿Qué repercusiones internacionales tiene este conflicto?
Actualmente, el mundo se encuentra en un delicado equilibrio que compromete a la mayor parte de Estados. Entre los conflictos principales, se encuentra la guerra entre Rusia y Ucrania, el genocidio de Israel sobre Palestina y la tensión entre India y Pakistán. Aunque sigue vigente el alto al fuego a día de hoy (15/05/2025), los ataques en la Línea de Control no cesan, dando lugar a un incremento de la tensión.
La percepción constante de una posible amenaza por parte de los bloques y alianzas que actualmente conforman el orden mundial, mantiene a todas las naciones vigilantes. Debemos tener en cuenta como actores principales a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), y a EE.UU. y su nuevo posicionamiento en el panorama internacional llevando a cabo una política exterior »individualista». No obstante, los actores regionales, responden a lógicas muy distintas.
Históricamente en la región, han participado de forma indirecta EE.UU, China y Rusia por sus propios intereses. Esta participación se ha traducido mediante el apoyo a India o Pakistán, al mismo tiempo que han pretendido garantizar una estabilidad regional. China e India (a pesar de formar parte de alianzas en otros acuerdos internacionales), son enemigas naturales en la zona, debido a su competencia a nivel económico. Mientras que China ha sido reconocida como un actor principal en la geopolítica global y el mercado internacional, India ha llevado a cabo desde los años ’90 una política exterior marcada por la necesidad de garantizar nuevos mercados y recursos energéticos para el sector industrial, la prioridad de crecimiento económico, mejora de la seguridad y aumentar su perfil global (Peiró, 2024).
Así, China y EE.UU principalmente mantienen un alineamiento mayor con Pakistán, y Rusia se posiciona levemente al lado de India, por su vínculos históricos desde la Unión Soviética, aunque vende armamento a ambas naciones. Pakistán, ha perdido el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, que se han decantado por la neutralidad, frente a la mejora de las relaciones comerciales con India. Además, China prefiere mantener la estabilidad en la región y EE.UU está haciendo acercamientos de interés comercial con India, pero también para alejarla de Rusia y que juego un papel a su favor contra China. Por su parte, India mantiene relaciones con ambos países entendiendo quienes son y sus estrategias, para garantizar las suyas propias.
Ante tal escenario, para India la percepción de inseguridad, con Pakistán y China como enemigos inmediatos, determina la prioridad de estabilizar la política doméstica y asegurar un vecindario tranquilo. Así, este hecho muestra las relaciones de India con el resto de los países del Asia Meridional desde su independencia, ejerciendo un papel de gran influencia con los vecinos más pequeños en sus políticas, sociedades, economías y culturas (Peiró, 2024).
De otra forma, la política estratégica de Pakistán ha sido considerada ambigua e imprudente, ya que India por su parte no pretende una ofensiva nuclear, aunque en el caso de Pakistán no queda del todo claro. Este Estado, ha construido su identidad en oposición al Estado indio, es decir, más allá de las razones identitarias por motivos religiosos o étnicos, entre la idiosincrasia pakistaní se ha desarrollado un odio existencial hacia India.
El posicionamiento general, anima a la calma y a contener el conflicto, como manifestó Trump en una entrevista el pasado fin de semana. Por otro lado, las fuerzas militares chinas y pakistaníes también han participado en ejercicios conjuntos cada vez más sofisticados por aire, mar y tierra, incluyendo simulaciones de combate e incluso ejercicios de intercambio de tripulaciones, lo cual, podría generar un enfrentamiento mayor entre potencias occidentales y China, según la CNN.
Conclusiones
A modo de conclusión, se entiende que el conflicto derivado de la intervención de una potencia extranjera y la delimitación territorial de una antigua colonia, ha conllevado un potencial conflicto sin resolver desde 1947 hasta la actualidad, con el agravante de un posible uso de armas nucleares.
El equilibrio en el que se tambalea el orden mundial, posicionado claramente en los conflictos ruso-ucraniano y palestino-israelí (entre muchos otros), los intereses de algunas potencias en la región, la ambición propia de los países protagonistas y la escalada de tensión que se vive desde hace pocos años, y particularmente desde hace un mes, genera un clima de total inseguridad en la región y que podría desatar otros conflictos internacionales latentes.
Es impredecible un hecho concreto en estas circunstancias, teniendo en cuenta el alto el fuego diplomático y los ataques terroristas por otro, al mismo tiempo que, según afirmaciones del SIPRI, el continuo armamiento y desarrollo nuclear no cesa por ninguna de las partes.
Referencias y bibliografía
Active Military Manpower by Country (2025). https://www.globalfirepower.com/active-military-manpower.php
BAUTISTA, L. N. S. (2015). SESENTA AÑOS DE DISPUTAS: ANÁLISIS DEL CONFLICTO ENTRE INDIA Y PAKISTÁN POR CACHEMIRA.
Borreguero, E. (2004). India y Pakistán: el dilema nuclear. Boletín Elcano, 43 (6).
Hu, S. (2019). Conflicto entre India y Pakistán. Vita et Tempus, 64. VVAA. Coord. Espinosa Sánchez et al. (2019)
Jiménez León, R. (2025). Disputa territorial en Cachemira y la derogación del artículo 370 de la Constitución India: implicaciones en los derechos humanos del pueblo Cachemir. https://academica-e.unavarra.es/handle/2454/53492
Peiró, A. B. (2024). India: la potencia indefinible. Cuadernos de estrategia, (225), 83-109.
Rioja, M. L. (2021). EL CONFLICTO POR CACHEMIRA:¿ QUÉ IMPORTANCIA LE OTORGA INDIA A LA REGIÓN DE CACHEMIRA EN LA CONSOLIDACIÓN DE SU LIDERAZGO REGIONAL?. Cuadernos Argentina Brasil, 10.
Stockholm International Peace Research Institute (2025). https://www.sipri.org/
Vidal, C. T. (2020). India y Pakistán, potencias nucleares de facto. Cuadernos de estrategia, (205), 115-164.
CNN (2025) https://cnnespanol.cnn.com/2025/05/09/mundo/china-tecnologia-militar-conflicto-india-pakistan-trax
- Nezavisna Država Hrvatska (NDH): Croacia, la Ustaša y un vasto genocidio
- El orden geopolítico actual y las armas nucleares
- Los Estados de los Balcanes en la segunda mitad del siglo XX
- Los Estados de los Balcanes en la primera mitad del siglo XX
- India y Pakistán: el conflicto nuclear que parece inminente

Deja un comentario